A partir del 2005 la Unión Europea prácticamente obligó a que todos los alimentos, además de incorporar en las etiquetas la fecha de envasado, caducidad y composición, tenían que contener información que certifique todos los pasos seguidos en su procesamiento, al igual que su origen.
Con esta iniciativa se buscaba identificar los procesos, las materias primas y los aditivos empleados en la elaboración de un producto. Desde la finca al consumidor.
Objetivo de la Trazabilidad es garantizar al consumidor una transparencia informativa en toda la cadena alimenticia; al igual, se quiso inspirar en las industrias un hábito nuevo; a documentar lo que elaboran, cómo lo hacen y de dónde lo hacen.
La
implementación de un sistema de esta naturaleza implica el uso de nuevas
tecnologías que permitan registros transparentes y confiables de los datos
relativos al proceso productivo y toda la cadena logística de distribución.
Un sistema de trazabilidad debe registrar la dirección
del proveedor o del cliente, descripción del producto, cantidad y las fechas de
compra y entrega. Cuando aplique el número de lote o tiempo de conservación
también debe ser registrado.
Recientemente, para incrementar las exportaciones de
carnes y lácteos, el Ministerio de Agricultura de la República Dominicana
inició en Puerto Plata el primer programa de trazabilidad bovina, con lo
que el país, se inscribe dentro de las naciones del mundo que utilizan un
moderno sistema zoosanitario.
También en el 2013, se publicó la Guía General de Rastreabilidad
para Frutas y Vegetales en la R. D., Proyecto Piloto para el Establecimiento de
un Sistema Nacional de Rastreabilidad.
Con la
trazabilidad ganamos todos, tanto el productor como el consumidor.
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