La finalidad de Codex Alimentarius es garantizar alimentos inocuos y de calidad a
todas las personas y en cualquier lugar.
El comercio internacional de alimentos existe desde hace miles de años
pero, hasta no hace mucho, los alimentos se producían, vendían y consumían en
el ámbito local. Durante el último siglo, la cantidad de alimentos
comercializados a nivel internacional ha crecido exponencialmente y, hoy en
día, una cantidad y variedad de alimentos antes nunca imaginada circula por
todo el planeta.
El Codex Alimentarius contribuye, a través de sus normas, directrices
y códigos de prácticas alimentarias internacionales, a la inocuidad, la calidad
y la equidad en el comercio
internacional de alimentos.
Los consumidores pueden confiar en
que los productos alimentarios que compran son inocuos y de calidad y los
importadores en que los alimentos que han encargado se ajustan a sus
especificaciones.
Con frecuencia, las preocupaciones
públicas relativas a las cuestiones de inocuidad
de los alimentos sitúan al Codex en el centro de los debates mundiales.
Entre los temas tratados en las reuniones del Codex se cuentan la
biotecnología, los plaguicidas, los aditivos alimentarios y los contaminantes.
Las normas del Codex se basan en la
mejor información científica disponible, respaldada por órganos internacionales
independientes de evaluación de riesgos o consultas especiales organizadas por
la FAO y la OMS.
Aunque se trata de recomendaciones
cuya aplicación por los miembros es facultativa, las normas del Codex sirven en
muchas ocasiones de base para la legislación nacional.
El hecho de que existan referencias a
las normas sobre inocuidad alimentaria del Codex en el Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias
significa que el Codex tiene implicaciones de gran alcance para la resolución
de diferencias comerciales. Se puede exigir a los miembros de la Organización Mundial del Comercio que
justifiquen científicamente su intención de aplicar medidas más estrictas que
las establecidas por el Codex en lo relativo a la inocuidad de los alimentos.
Los miembros del Codex abarcan el 99
% de la población mundial. Cada vez más países en desarrollo forman parte
activa en el proceso del Codex, en muchos casos con el apoyo del Fondo
fiduciario del Codex, que se esfuerza por proporcionar financiación y
capacitación a los participantes de dichos países a fin de hacer posible una
colaboración eficaz. El hecho de ser miembro activo del Codex ayuda a los
países a competir en los complejos mercados mundiales y a mejorar la inocuidad
alimentaria para su propia población. Paralelamente, los exportadores saben lo
que demandan los importadores, los cuales, a su vez, están protegidos frente a
las remesas que no cumplan las normas.
Las organizaciones gubernamentales y
no gubernamentales internacionales pueden adquirir la condición de observadoras
acreditadas del Codex para proporcionar información, asesoramiento y asistencia
especializados a la Comisión.
Desde sus inicios en 1963, el sistema
del Codex ha desarrollado una metodología abierta, transparente e inclusiva
para hacer frente a los nuevos desafíos. El comercio internacional de alimentos es una industria que genera 200
000 millones de dólares al año y en la que se producen, comercializan y
transportan miles de millones de toneladas de alimentos.
Es mucho lo que se ha puesto en juego
para proteger la salud de los consumidores y asegurar la adopción de prácticas
leales en el comercio alimentario.
QUÉ ES EL
CODEX
El Codex Alimentarius, o código
alimentario, se ha convertido en un punto de referencia mundial para los
consumidores, los productores y elaboradores de alimentos, los organismos nacionales
de control de los alimentos y el comercio
alimentario internacional. Su repercusión sobre el modo de pensar de
quienes intervienen en la producción y elaboración de alimentos y quienes los
consumen ha sido enorme. Su influencia se extiende a todos los continentes y su
contribución a la protección de la salud de los consumidores y a la garantía de
unas prácticas equitativas en el comercio alimentario es incalculable.
La importancia del Codex Alimentarius
para la protección de la salud de los consumidores fue subrayada por la
Resolución 39/248 de 1985 de las Naciones Unidas; en dicha Resolución se
adoptaron directrices para elaborar y reforzar las políticas de protección del
consumidor. En las directrices se recomienda que, al formular políticas y planes
nacionales relativos a los alimentos, los gobiernos tengan en cuenta la
necesidad de seguridad alimentaria de todos los consumidores y apoyen y, en la
medida de lo posible, adopten las normas
del Codex Alimentarius o, en su defecto, otras normas alimentarias
internacionales de aceptación general.
El presente folleto se publicó por
primera vez en 1999 con el objeto de promover una mayor comprensión de un
código alimentario en evolución y de las actividades de la Comisión del Codex
Alimentarius, el órgano competente para la compilación de normas, códigos de
prácticas, directrices y recomendaciones que constituyen el Codex Alimentarius. Desde la primera publicación el modo de
funcionamiento del Codex ha sufrido numerosas modificaciones. Por ello, la
nueva edición de este folleto divulgativo es oportuna y necesaria para
comprender el Codex Alimentarius en el siglo XXI.
Más información en FAO
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